Después de que Clara se marchó del apartamento de los muchachos, estos se quedaron discutiendo sobre los pasos a seguir con respecto a la banda.
Adam seguía oponiéndose a la idea de que Clyde se metiera en la guarida de los chicos malos, la banda de los Jokers, y arreglarlo todo con el lobo vengador. Pero su compañero le decía que ahora, más que nunca, era super importante que entraran en acción antes de que algo malo le pasara a las chicas.
—¿Quieres que esperemos a que nos diga la policía que han secuestrado a Sandra o a Megan? —dijo Clyde, incisivo.
—No, por supuesto que no —dijo Adam con la boca abierta.
—¿Y entonces? ¿Cómo podemos hacer para evitar eso? —Clyde lo miraba y sabía que ya casi estaba a punto de dar su brazo a torcer.
—No es fácil, si lo planteas así, Clyde —dijo titubeante— Pero créeme que es una auténtica locura pensar en atacar a la banda de los Jokers en su propia guarida. Creo que aún podemos conseguir otras medidas para proteger a las chicas sin que arriesgues t