Hannah dormía plácidamente, cuando escuchó a alguien tocando la puerta, toda adormilada se dirigió para ver de quién. se trataba, hasta que recordó.
-¿Y si es Max?
Trató de acomodarse lo mejor que podía, luego de eso se dirigió a la puerta, pero no era Max quién estaba allí, esperando por ella, sino Matthew.
-¿Qué hace Matthew aquí?, se preguntó, sabía que Max llegaría en cualquier momento y no quería que se molestará por eso. Se quedó pensando un momento, quizás sucedió algo.
-No piensas dejarme entrar...
Abrió la puerta.
-Hola Matthew, no esperaba verte por aquí. ¡Qué sorpresa!
-Sé que te alegra verme, pero no hay tiempo, tenemos que irnos, le dijo mientras hacía un rastrillaje con la mirada, como si estuviera buscando algo.
-¿A dónde?, ¿Max te envió?
-No, créeme que no querrás estar cerca de él despues de todo.
-No entiendo, no puedo irme.
La puerta se abre con brusquedad, es Max.
-¿Qué crees que haces?
-Salvarla.
-Hannah no necesita que tu la salves.
-¿Salvar de qué?, preguntó e