—Por mi parte no tengo nada que contarle nuevo, bueno que la amo y adoro —susurro y Zetes me dio una mirada altanera.
—Déjalo papá, es un lindo lobito y todo mío —comentó Belli y me tiró una guiñada.
—Pónganse serios. —Nos apresuró Zetes.
Belli sacó una bola de papel y la desenrolló.
—Toma Berwin, lo había olvidado. —Me pasó el papel arrugado.
—La próxima vez, no lo hagas bola. —Le doy una mirada y solo espera que lo lea.
—En ese momento fue buena idea —dijo levantando sus hombros Belli.
La tarjeta verde, es de un detective llamado Argel Baker y no me cuenta nada.
—¿Por qué un Dios y una semidiosa querrían los servicios de un detective?
—Ponte serio —murmuró Belli y me golpeó la cabeza.
Me alejé de su lado y volví mire la tarjeta, nada.
—Es que si no te explicas —respondí en mi defensa.
—Esa tarjeta estaba en la camioneta de tu madre, cuando íbamos al hospital a verte.
—¿Le preguntaste a ella? —interrogo para ver si logro llegar a su punto y negó.
—Tuve una visión, tu pap