Diana Rodrigues
No pude contener las lágrimas que cayeron de alegría cuando vi a Aslan despierto después de tantos días de incertidumbre y preocupación. La habitación del hospital estaba llena de una mezcla de sentimientos, desde alegría hasta tristeza, ya que el embarazo era visible en mi vientre que crecía cada día.
Cuando miré a Aslan a los ojos, enseguida me di cuenta de que algo había cambiado en él. Sus ojos revelaban una mezcla de felicidad y tristeza, su expresión era de desconcierto y excitación. Se fijó en un punto de mi cuerpo, en mi vientre....
"Aslan, me alegro de verte despierto", le pregunté con voz temblorosa.
Sonrió con ternura y asintió lentamente. Las palabras parecían escapárseme en ese momento, pero una oleada de emoción inundó mi corazón. No podía creer que estuviera allí, consciente y presente.
"Tú... ¿hace cuánto que estás despierto?", pregunté, intentando controlar mi voz manchada de lágrimas.
"Sólo han pasado unas horas", respondió, su voz sonaba como un susu