Pero ella no tenía tiempo para preocuparse por ese título. Alejandro ya estaba luchando ferozmente contra el hombre. Y los golpes iban directo a su cuerpo.
Los otros tres se abalanzaron, con filosas hojas de cuchillo apuntando directamente a los puntos vitales de Alejandro. Esta noche estaba destinada a ser una lucha de vida o muerte, sin escapatoria.
—¡Alejandro! ¡Ten cuidado por detrás! — Clara estaba empapada en sudor, gritando roncamente hacia el hombre rodeado. Sabía que su cuerpo, aún no se había recuperado por completo, y enfrentar a uno ya era bastante difícil, pero tres más eran como la gota que colma el vaso. Además, este hombre era extremadamente despiadado, sus ataques eran fijos y mortales en cada movimiento.
Al escuchar el grito de Clara, Alejandro pareció llenarse de fuerza al instante. Sin siquiera voltear la cabeza, atrapó la muñeca del matón con la mano y con un crujido, la rompió al instante. El gemido desgarrador rasgó la noche.
El corazón de Clara latía fuertemente