Mateo, al escuchar estas palabras, volvió a cambiar su mirada hacia Leona. Afortunadamente, Rodrigo tenía un buen gusto y no se fijó en esta mujer insolente y loca que tenía delante. ¡De lo contrario, sería una verdadera desgracia para la familia!
Leona se enfureció y miró fijamente, mientras Jimena se reía fríamente: —No importa cuánto te resistas, no puedes hacer nada al respecto. Mi hermano simplemente no siente atracción por ti, y, eso tú lo sabes.
Leona se sujetó el pecho, enojada, y se rio con rabia: —Mi hermano tampoco siente atracción por ti, ¿verdad?
Esta vez, Jimena se llenó de ira.
—Cuando llegué, vi el bugatti veyron de edición limitada de Clara estacionado frente a la mansión. Parece que ella ya está aquí, ¿verdad?
Leona se puso una mano en la cintura y bostezó, —Vi que mi hermano no está aquí. ¿Se fue con Clara y te dejó plantada de nuevo? ¿Qué lástima?
—¡Leona! — Jimena tenía los ojos enrojecidos y deseaba poder abalanzarse sobre ella y rasgarle la boca.
—Jimena, así es