—Aarón, lleva esta botella de vino tinto y ábrela—Clara entrecerró ligeramente sus ojos.
Aarón sintió de decepción en su corazón; sabía que la señorita quería que se mantuviera alejado.
—Sé lo que estás pensando, Aarón. Aunque Alejandro y yo tuvimos un matrimonio fallido y realmente lo detesto, no significa que no tengamos ningún tipo de relación en el futuro—los ojos hermosos de Clara se curvaron en una sonrisa serena, y le dio un toque en el hombro. —Voy a establecerme en la Ciudad de México para expandir nuestro mercado de KS, y sin duda tendré contacto con él. No te preocupes.
—Pero, señorita, tengo mis preocupaciones.
—No te preocupes, si se atreve a tocarme un cabello, puedo hacer que desaparezca de la Ciudad de México—Clara respiró con desdén.
Aarón amaba profundamente a Clara, estaba dispuesto a dar su vida por ella sin temor alguno. Sin embargo, temía que los sentimientos pasados de Clara por Alejandro resurgieran. Aarón no quería ver a Clara repitiendo los mismos errores.
Aar