Gabriel miró de reojo a Daniela, suavizando su expresión: —Hoy vengo a hablar contigo de un asunto que solo nos concierne a nosotros dos, nada que ver con trabajo.
Daniela soltó una risa sarcástica: —¿Sabes que no tiene que ver con el trabajo, y aún así vienes al grupo Romero durante las horas de oficina para hacer un escándalo? ¿Por qué intentas usar el trabajo para amenazar a Emilia y obligarla a darte dinero?
—¿Qué pasa, tú puedes hacerlo y yo no?
Gabriel abrió la boca, pero luego automáticamente la cerró.
Después de un momento, habló con dificultad: —Daniela, fuimos compañeros, no es necesario hacer esto tan desagradable.
Se disculpó de inmediato: —Hoy fui impulsivo, no debería haber venido durante tus horas de trabajo. Lo siento mucho. Pero no puedes hacer que mi socio cancele la colaboración conmigo. Eso lo conseguí gracias a mi esfuerzo.
Daniela respondió con firmeza: —Entonces, vuelve a conseguirlo con tu esfuerzo.
Hoy estaba decidida a usar su posición para intimidar, quería