Mientras el personal continuaba comentando sobre la reacción y actitud de aquellos extraños personajes, la doctora Deb hacia un llamado telefónico al director del hospital, quien solo le contesto que dejara las cosas como estaban y que dejara de enfrentarse a Williams y su gente.
También la puso al tanto de los diversos llamados que él mismo recibió ordenándole que dejara a Williams el control de toda la sala de emergencias, como así también las diversas donaciones, que se harían una vez que todo termine.
-¿Acaso te han comprado Arthur?
-Si-respondió este-a mí y todo aquel que trabaje en este hospital, esta gente es importante y peligrosa de lo contrario no hubieran matado a nadie allá abajo. Recuerda que son ellos quienes tienen el mando y por favor deja de enfrentarlos o nos quedaremos sin trabajo ¿entiendes?
-Esta bien-dijo resignada la mujer-pero no me agrada que nos manipulen de esta manera.
-A mí también me molesta, pero no tenemos alternativa, además sin importar lo que digamos