Narra Alondra Ferreyra
–Yo no veo que se moleste – Dijo Jovana – Está que no se contiene de la risa. Sabadelle dice la verdad, por eso conmigo, la pasa de maravilla.
Jovana era también muy abierta, así como lo era Sabadelle, a mí no me molestaba en absoluto que fueran así, todo lo contrario, me divertía mucho con ellos. Me pude reír un poco, después de tener que aguantarme la risa. Jovana también se reía y me pude sentir más liberada.
Nos pusimos a desayunar y después de hacerlo, recogimos todo y luego nos subimos al auto de Jovana, Sabadelle y David, habían decidido irnos en el auto y entonces ellos ganaban.
–Alondra, ven conmigo de copiloto – Me invitó Jovana – Los tíos van atrás.
–Está bien, gracias Jovana – Le agradecí – Eres de hecho, muy oportuna, yo me mareo en la carretera, si viajo atrás. Espero que no vayamos a ir muy lejos.
Aunque me estaba mentalizando en todo este viaje, porque iba a ser de puros recorridos, bien era cierto que no me gustaba viajar a largas distancias,