Narra Alondra Ferreyra
–Te amo mi amor, buenos días flojo – Me reí – Tienes que despertar y apurarte, ya están por venir los del laboratorio.
–Sí mi princesa, me meteré a bañar de inmediato.
–Sí mi príncipe.
David se metió a bañar y yo, me puse a arreglar la cama en lo que salía. Ya que salió, se arregló y se puso guapísimo y bajamos a la sala a esperar junto con Carmen, quién ya estaba haciendo el desayuno, en lo que llegaban las personas del laboratorio.
Según el reloj de David, si eran puntuales no iban a tardar nada, ni cinco minutos más en llegar y cuando nos íbamos a sentar en la sala, tocaron el timbre. Carmen, salió a abrirles la puerta, mientras que David, puso una mesa y varias cosas y una silla para que yo me sentara para lo que vendría enseguida.
–Buenos días, venimos a tomar la muestra, para la señorita, Alondra Ferreyra – Dijo la química – Será muy rápido y veo que, ya tienen todo listo.
Eran de las peores cosas, que me disgustaban y me horrorizaban, tener que dejar que