Narra David De María
–Hola mi princesa, es para ti – Le entregué la rosa – Te ves preciosa.
–Hola mi príncipe – Ella me abrazó – Gracias por la rosa, pero sigues metiéndote en problemas amor. Es de las de aquí del Tec, espero no te vayan a regañar.
Eso no me importaba, les compraría todas las rosas que quisieran, con tal de ver a mi princesa contenta. Nada podían hacer, si les dejaba las jardineras sin rosas, mi preciosa la merecía todas.
–Por mí, que venga, que me caiga un rayo ya mismo y que me mate. Si muero a tu lado, con eso sería, más que afortunado.
–Amor, te amo mucho, pero me tengo que ir a clases. Sé que tú tienes hora libre, pero yo no puedo faltar. Recién hoy retomamos ambos, las clases presenciales, así que nos tenemos que ver más tarde.
–Sí, lo sé mi princesa y por mí no te apures. Yo me iré a la biblioteca, quedé de verme en esta la hora libre con el profesor, que me dará el temario de las asesorías y nos veremos ahí al rato.
–Sí, ahí estaré profesor. – Me miró coqueta.