Capítulo 34. Siempre dispuesta
Capítulo 34. Siempre dispuesta
Narra David De María Ramírez
Tenía que aguantar todo, lo que pretendíamos hacer con ella, y no se iba a negar de eso, estaba seguro.
–Claro que sí.
Agarré el cabello de Altagracia nuevamente y me introduje de un solo empujón en ella, tiraba de su cabello para llevar el ritmo del encuentro y la penetraba con mucha fuerza, haciendo que todo se moviera en cada embestida que le daba. Ella agradecida, gemía, jadeaba y gritaba, dejándome claro que el amo y señor del disfrute que estaba teniendo en ese momento era yo y solo yo.
La volteé e hice como me dio la gana, ella era flexible, algo que me gustó mucho, y ella solo daba gritos de placer, disfrutando de cada cosa que la hacía, era una marioneta que podía mover a mi antojo.
Ella, al no poder abrazarme ni hacerme nada, se dejaba penetrar y estalló de placer cuando en medio de unas embestidas mordí sus pezones al grado de sangrarla y después de eso seguí dándole con una fuerza descomunal hasta que estallamos