Un escalofrío recorre mi cuerpo ante nuestra proximidad mientras su naturaleza dominante se asoma. Me gusta mucho cuando se pone Alfa conmigo.
Él comparte una sonrisa arrogante ante mi respuesta corporal a su cercanía. Mis ojos se cierran mientras su frente descansa sobre la mía, sus manos continúan con su embriagador masaje.
- Te gusta cuando te toco así, ¿no es así?- pregunta, aunque sé que es consciente de cómo incluso el más simple de los toques envía un deseo ardiente a través de mí.
Cuando no le respondo, demasiado perdida en mi deseo y necesidad de él, me da una palmada en el trasero, captando efectivamente mi atención.
- ¿Mmm?- bromea, pasando sus manos sobre el área que acaba de abusar.
- Sí- susurro, tímida pero lleno de lujuria.
- Más tarde- me guiña un ojo, luego me deja con ganas. Observo su espalda mientras se aleja de mí y se dirige a la otra habitación donde nos están esperando.
¡Ese bastardo! ¿Cómo se atr