Enzo
Cuando vi el cuerpo demacrado y pálido de mi padre y sus ojos vidriosos, reaccioné por puro instinto. Abrí mucho los ojos y retrocedí con tropezones, tapándome la boca con la mano para no gritar.
Habíamos llegado demasiado tarde. Fuera lo que fuese lo que Selena le estaba haciendo a mi padre, y