Nina
Aquella noche me desperté sobresaltada. Tenía la espalda y la frente empapadas en sudor, y todo el cuerpo me temblaba al sentarme en la cama.
Aquella noche había soñado con Enzo, un sueño horrible. Lo buscaba, corría por el bosque lo más rápido que podía y lo llamaba por su nombre. Oía su voz