Nina
Justo como pensaba, Jessica llegó a casa una hora más tarde con el ceño fruncido.
"¿Adónde te fuiste?", me preguntó.
Estaba sentada en el sofá con un libro cuando ella llegó. Levanté la vista y por suerte, ya había preparado una excusa de antemano.
"Me dio dolor de estómago", respondí. "Tal