Caleb miraba con enojo a Leia, ella lo había puesto en una situación en la que no había querido estar nunca.
—¿A dónde demonios crees que vas? — Caleb la detuvo de la mano y su tono fue amenazante.
—A hablar con él…— mencionó Leia ligeramente preocupada, pero obviando su respuesta.
—No, antes me explicas esto — ordenó y no la soltó, su semblante seguía fríamente molesto.
Ella frunció el ceño indignada
— ¿Qué querías que le dijera? Me estabas besando y… y tocando — finalizó la cobriza después de una pequeña pausa.
Ahora el que frunció el ceño fue él.
—Debo ir— mencionó e intentó soltarse.