-¿Qué estas leyendo, Diana? – le pregunto Esther a su sobrina, mientras entraba en el departamento y la veía sumida en algo que parecia un periódico.
-Nada, solo me he topado con este diario viejo – respondió la joven, sin demasiada importancia.
-¿Es el mismo en el que se anuncia el matrimonio de William? – Inquirió Esther, poniendo sus brazos en jarras y mirando con desaprobación a Diana.
-Podría mentirte, ¿Pero que más da? Si, es el diario en el que se anuncia su matrimonio.
Diana evito los ojos acusadores de Esther, y se concentró en la fotografía en el papel frente a si, allí estaban ellos dos, un mes y medio antes, anunciando su matrimonio mientras posaban en un bonito salón adornado con flores y arte, ambos estaban de pie, ambos sonriendo, Rebeca estaba recostada al cuerpo de William y tenía su mano, en la que reluc&iacut