Se despidieron de mí con la preocupación en todo su rostro y sonreí a medias. El doctor buscó a una enfermera que me preparó para la ecografía, además me ordenó sacar la sangre y orinar. Estoy agradecida porque se descartó embarazo ectópico y solo espero los resultados de los análisis. Ken se aseguró de traerme comida de la nana, me limpié la boca con la servilleta y recibí la visita de mi papá con Marjorie, histéricos. Ken apartó la bandeja y les dio espacio.
—Hija, ¿no quieres que llegue a los cien años? —cuestionó mi padre y se lanzó a besar el vientre, luego me dejó sin aire con su apretón—. Mi corazón no aguanta tantos sustos, Tiara —me besó la frente y no ocultó sus lágrimas.
—Papá, estamos perfectos, solo quedan los análisis y estoy segura de que vendrán positivos —limpié sus lágrimas y Marjorie sostuvo mi mano.
—Gracias a Dios que los protegió, si no estaría presa por arrancar la cabeza a esa madre malvada —afirmó Marjorie y me abrazó.
El doctor hizo aparición con su carpeta e