En la pantalla gigante apareció de pronto un archivo personal, directo y contundente: "Elizabeth, hija única de Adrián, Líder de la Alianza de Hombres Lobo, graduada con honores en la Academia de Élite Mundial, única heredera legítima de la alianza."
Al instante comenzaron a proyectarse imágenes mías en distintas cumbres de la alianza, representando a mi pueblo frente a todas las manadas. Después, una fotografía: mi madre, la Gran Sacerdotisa, rodeándome con su brazo en la ceremonia de coronación de la Luna.
Un murmullo de espanto recorrió la sala.
Los mismos que un momento antes me habían gritado insultos como "puta", "secretaria barata" o "cualquiera", ahora tenían el rostro desencajado y pálido, las piernas temblando. Algunos se dejaron caer al suelo, sin fuerzas ni para estar de pie.
—¿Ella... ella es de verdad la hija del líder Adrián?
—Estamos muertos... nos metimos con alguien intocable.
—¿Nos van a meter presos? ¿Nos van a matar?
Lilith fue la primera en reaccionar. De un empuj