Ximena observaba a Lisandro con una mirada helada, como si una navaja cortara la carne de Lisandro. Él, sintiendo un nudo en el pecho bajo esa mirada, estaba a punto de explicar, cuando inesperadamente Lluvia, también presente en Nubiazura, tomó la palabra.
—¿Qué hacen aquí a estas horas?
En medio d