Justo cuando Rocío estaba a punto de asestar un golpe con el cuchillo de cocina que sostenía en su mano a Marcus, Samuel, que acababa de regresar del trabajo, irrumpió y empujó a Rocío a un lado.
—¡Qué estás haciendo! ¿Acaso quieres herir a alguien más? ¿Quieres volver a la cárcel?
Rocío tropezó con