—Anna, ¿no conoces a Lluvia?
Anna negó con la cabeza.
—No, no la conozco.
—Anna, ¿cuánto tiempo has estado trabajando en los Mendoza?
—Diez años. Originalmente estaba sirviendo al viejo, y comencé a seguir al joven cuando regresó después de retirarse del servicio militar.
Ximena asintió con la cabe