Mientras hablaba, Catalina rompió a llorar, casi arrodillándose ante Ximena.
Ximena cerró su cuaderno y lo guardó en el cajón.
—Tengo una condición —dijo.
—Dime, lo que sea —respondió Catalina.
—Quiero conocer la verdad sobre el pasado de mi madre Serena y Armando, incluyendo la muerte de mi padre,