Ximena, al escuchar los elogios desde abajo, se sonrojó y tiró suavemente del brazo de Lisandro.
—¿Qué pasó con eso de ver las estrellas que dijiste?
Lisandro, señalando hacia los incesantes destellos de los flashes abajo, bromeó:
—¿Acaso esto no son estrellas?
Ximena levantó la vista y vio un cielo