Todos estaban pendientes de Mateo e Iván, con expresiones complejas y sin poder articular palabra. Sofía se abrió paso entre la multitud, levantó en brazos a Felicia y exclamó con orgullo.
—¡Esta es mi sobrina, Felicia! ¿Nos parecemos?
Con estas palabras, Sofía rompió la tensión, y todos asintieron