Lisandro dio un par de pasos hacia la dirección de la voz. Aunque no podía ver a los asesinos ocultos en la oscuridad, sentía claramente que el viento a su alrededor se había vuelto más alerta.
—¿Dónde está exactamente tu trampa? —preguntó Lisandro, tocándose la nariz y sonriendo levemente—. ¿Una tr