Elena, agotada, se deslizó hasta el suelo, llorando incontrolablemente.
—Lisandro, ¿cómo puedes tratarme así? He dado tanto por ti, ¿acaso no significo nada para ti? ¿Cómo puedes ser tan despiadado? No es de extrañar que últimamente no hayas hecho nada, solo estabas esperando verme caer.
Antes, podr