—Entonces pide disculpas, no hace falta que te arrodilles. Si te disculpas, consideraremos que la Familia Paredes te debe un favor, y te ayudaremos en lo que pidas.
Ximena lanzó una mirada de reojo a Ernesto. Él era muy guapo, de esos elegantes y cultos, pero una cierta arrogancia en su mirada y ges