Ximena se quedó paralizada.
—¿Cómo es que eres tú?
Luis sonrió ligeramente, su presencia era como una brisa ligera,
—¿Por qué no podría ser yo?
—Tu coche... —Ximena apenas comenzó a hablar cuando Luis la interrumpió.
—¿Están bien?
—Estamos bien. —Mariana asintió en saludo a Luis.
Ximena todavía revi