Ximena se autocriticó, —¡No tengo tanta confianza en mí misma!
—¿Qué pasa? ¿Dudas del amor de tu esposo?
La palabra «amor» era demasiado pesada y dejaba a Ximena melancólica y desolada.
—Nunca me ha dicho que le gusto o que me ama.
—¡Estás loca! —Mariana le dio un golpecito en la cabeza a Ximena—. ¿