—Iván, ¿Iván?
El corazón de Ximena empezó a latir frenéticamente, no sabía por qué. Su mirada se perdía confundida hacia Lisandro. Él, igualmente desconcertado, preguntó:
—¿Este niño es el mismo mendigo que viste en la estación de metro?
Lisandro había enviado a Daniel a buscar al niño, queriendo so