Yolanda vivía en las afueras de Aurensia, en un edificio recién construido que se veía bastante elegante y limpio.
Marcela no paraba de hablar, alabando cómo su sobrino había logrado tener casa y coche, y cómo sus padres también tenían su propio departamento.
Yolanda soltó una risa forzada, y aunque