Después de la comida de barbacoa en Nubiazura, Autem había empezado a ver a Ximena con otros ojos.
Esa mañana, al salir de casa, vio a Lluvia llorando a escondidas. Tras preguntarle, se enteró de la razón. Lluvia había ido con Graciela esa mañana a llevar unos recién hechos churros al vecino, pero e