Ximena apretó su mano en silencio, levantando sus párpados con una mirada fría y desafiante, enfrentándose sin miedo a la provocación de Yazmin.
Luego, varios oradores subieron al escenario.
Sus discursos eran elocuentes y emotivos, pero carecían de la audacia de Yazmin, quien no temía invertir una