** * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *
* * * * * * * * * BAYÁ * * * * * * * * *
—Merlí…, Merlí…, Maximiliano
—¡Cállate de una vez, Fisterra! ¡Nadie vendrá por ti!
—Merlí
—Merlí… así se llama tu esposa, ¿cierto?
—Maximiliano —susurro el nombre de mi hijo una vez más.
Aún seguía un poco turbado por la paliza que me habían dado, pero poco a nada me importaba, ya que lo único en lo que pensaba era si ellos estaban bien y si… tal como lo ordené, los estaban protegiendo por si algo me sucedía.
—Ajusta bien sus cadenas. Puede escapar —le dice a alguien y siento cómo aprietan más fuertes mis muñecas y golpean otra vez—. Ya, déjalo. ¿No ves que la jefa no quiere que lo lastimen?
—¿La jefa? —pregunto burlón—. ¿En serio, Frank? ¿Danaí es tu jefa? —río muy divertido—. Que… qué bajo has caído.
—No más que tú, Fisterra —se acerca a mí y me mira fijamente—. No puedo creer que aún acabado, me mires de esa forma…
—¿Qué forma?
—Retador, confiado… —escupe a un lado—. Deberías estar suplic