Capítulo 35: Sergio
El avión aterriza en Caracas, a lo lejos veo a Aurelio de pie frente al auto y al resto de mis guardias; lo primero que hago al bajar del avión es llamar a Amelia, no responde, llamo al jefe de seguridad.

—Señor.

—¿Todo en orden?

—Sí, la señora paso la tarde en el centro comercial, está descansando ahora.

—Bien, ¿la acompañaron? ¿Cierto?, ¿no le quitaron el ojo de encima en ningún momento?

—No, claro que no, señor.

—Buen trabajo. —Cuelgo.

Le marco a Joaquín.

—Sergio.

—Campeón. Ya llegué, todo bien. Quería avisarle a tu mamá, pero me dicen que está descansando.

—Sí, se fue al centro comercial, no trajo nada, creo que porque solo fue a ver a Rodolfo.

«¿Rodolfo?».

Mi corazón se acelera, miro a todos lados, no puede ser posible que ese maldito haya llegado hasta Alemania y se halla acercado a ella, no sé ni cómo reaccionar, está en peligro, es mi culpa, maldición, una vez más es mi culpa, no le advertí sobre él.

—Sergio.

—Sí, Joaquín, aquí sigo —respondo mientras camino hacia donde está Au
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App