VINCENT
La sigo hasta que se sube a uno de mis coches y el conductor la saca de las puertas. Entonces, vuelvo corriendo a nuestra habitación y me dirijo al baño. Me apresuro a ir al retrete y vomito todo el alcohol que me he obligado a beber a primera hora de la mañana para ayudarme con mi actuación.
Al terminar, tiro de la cadena y me siento en el suelo, acercando las rodillas al pecho y frotándome la cara con las palmas de las manos.
Ella me quería. Dijo que me amaba y yo le rompí el corazón.
—Perdóname, Carmen...— Me susurro las palabras que quiero decirle. —Perdóname... por favor.
Te dejo ir y sólo puedo esperar que no vuelvas.
No antes de atrapar al hombre que quiere alejarte de mí.
Hagas lo que hagas, Carmen, por favor no vuelvas
CARMEN
La habitación huele a polvo y a humo. Las cortinas están corridas, oscureciendo su aspecto. En ella hay una cama cubierta con sábanas blancas en el centro, un armario de roble, una bolsa de frijoles y una guitarra colgada en la pared, una guitarr