Cuando la comida llegó fue entregada directo a mi oficina, entonces me sorprendí de que Alicia no hubiera anunciado la entrega y que tampoco me hubiera pasado llamadas durante el día.

Fruncí el ceño.

Algo andaba mal.

Salí de mi oficina y fui directo a su escritorio. No estaba, no estaban sus cosas, su bolso o su teléfono.

No había llegado.

¿Seguía en su reunión con aquella persona?

Le llamé y no contestó, su teléfono estaba apagado.

Me preocupé y llamé a Michael.

*

-Michael.

-Hola, hermano. Te escuchas agitado...

-Algo le pasó a Alicia.

-¡¿Qué?!

¿A Alicia?

Pero eso no es posible...

-Lo es... Esta mañana veníamos juntos al trabajo y recibió una llamada, quedó de verse con alguien en un café a dos cuadras de la empresa, ya ha pasado medio día y no ha vuelto, no responde el teléfono... Algo le pasó o alguien se la ha llevado...

El pecho de ambos se contrajo, eso sólo podía significar una cosa. Tenía que ser su padre y Michael lo sabía.

-¿Sabes quién la llamó?

-No lo conozco, pero lo esc