-¿Se lo dirás algún día?
-Es posible, pero creo que aún no es el momento.
-Tu historia es muy triste y puedo ver que aún la amas.
¿Si la amabas por qué te casaste con mi madre?
-En mi duelo yo iba de bar en bar, mi vida era un desastre, no podía estar cerca de mi hijo, el amor de mi vida había muerto.
Busqué consuelo en más de una mujer, una a la vez, pero fueron muchas, hasta que conocí a Irina, ella era hermosa y seductora, un alivio para mí alma en ese momento.
Había reglas en nuestra relación, reglas que ella rompió y terminamos casándonos y ella embarazada.
-¿No querías casarte?
-¿Para qué? Ni siquiera me casé con la mujer que más amé. ¿Por qué lo haría con Irina?
Sofía levantó las cejas.
-Irina le dijo a sus padres que estábamos comprometidos, los padres de Irina son políticos y yo mafioso. Pésima combinación.
Fui demasiado estúpido al querer aliviar mi pena con esa mujer.
Después de casarnos ella se embarazó y naciste tú, pero justo entonces recordé el pánico de lo que había s