Podía sentir los nervios de Alexei después de oír mi pregunta.

Siempre he sido tímida, pero... Entre la terapia, mi matrimonio y las enseñanzas de Nana y la señora Eliss, he entendido que debo mostrarme como una mujer fuerte si quiero que la gente sienta respeto por mí y no pena, así que decidí utilizar a Alexei para practicar.

-¡No, no, no! ¡Cómo cree! ¡No, señorita..! ¡Yo no...!

-Ja ja ja. Te ves como un tomate. Eso me lo confirma, más que negármelo.

-¡No. De verdad! ¡Le juro que no! ¡Yo no..!

-¡Basta! Dímelo. ¿Te gusto Alexei?

Porque si es así, le pediré a mi padre que me asigne a alguien más.

No quiero que arriesgues tu vida por alguien que no te va a amar.

-No... Yo no... Usted no me gusta... Soy algo tímido, señorita, es todo.

Por eso elegí esta profesión, porque no tengo que hablar mucho, así la gente no lo nota.

No esperaba que Alexei dijera eso, pero es un alivio saber que no le gusto, aunque en realidad no es lo que percibo en él, hay algo más, sé que no me lo dirá