-¿Te gusta el lugar, princesa?

-Es hermoso...

-Me alegra, porque este lugar es tuyo.

-¡¿Qué?! Mi... ¿Mío?

-Si... Tuyo.

-Pero...

-Pero nada. El título de propiedad está a tu nombre. No tienes qué hacer otra cosa más que aceptar

-...

Entraron a la casa y recorrieron todo el lugar, como Sofía tenía mucha hambre Michael decidió pedir comida a domicilio. Más tarde cocinaría para ella. Mientras esperaban la comida Sofía le dijo:

-¿Por qué este lugar está a nombre mío?

-Porque quiero que tengas algo tuyo, algo propio, si algún día tú y yo nos separamos... Me gustaría que tuvieras a dónde ir.

Aunque no le gustaba la idea, Michael había decidido que si Sofía le pedía su libertad algún día se la daría, no ahora, porque no estaba listo para dejarla ir y tal vez nunca lo estaría, pero por lo menos sabía que debía aceptarlo, Sofía estaba cambiando y no es que le disgustara, la Sofía que él había conocido era sumisa por las circunstancias en las que vivía y lo ideal era saber que sentía estando con