Los besos se hicieron cada vez más intensos, Michael también quiso explorar la garganta de su esposa y la invadió con su lengua, la sensación era tan cálida, siempre que estaba con ella todo era demasiado cálido y reconfortante como un refugio, un refugio para él, para su cuerpo, para su alma.

Aprovechando que el tenía las manos ocupadas sosteniéndola, Sofía utilizó las suyas para recorrer la espalda de su esposo, acariciar su cabello, besarlo, morder su barbilla, besar su cuello, susurrarle al oído y las palabras que le susurró al oído, eso que le dijo lo perdió por completo.

-Jamás imaginé cruzarme con alguien como tú en mi vida... Pero no me arrepiento, eres lo mejor que me ha pasado.

-...

-Te quiero Michael Adams... Jamás olvides que siempre te querré.

-...

-Nunca llegaré a amarte, pero mi cariño hacia ti, ese nunca desaparecerá, jamás lo dudes, jamás lo olvides.

-... Sofía yo...

-No digas nada, sólo disfrútalo, disfrútame hasta que ya no puedas más, hasta que el cansancio t