Capítulo 169: Eres y serás siempre mía.
Casi un minuto de contemplación hasta que colocó su cuerpo sobre el de ella mientras se sostenía sobre sus manos para no aplastarla, Sofía era pequeña y él para nada lo era. Se deslizó sobre ella con besos por todo su rostro, bajó por su cuello mientras ella acariciaba su espalda y sentía el roce de su miembro en sus muslos, al llegar a su cuello no pudo evitar morderlo un poco más fuerte de lo habitual y succionar un poco su suave y blanca piel provocando gemidos, al notar que le gustaba continuó haciéndolo por el resto de su cuerpo hasta llegar a su entrada.
Abrió las piernas de Sofía y colocó su boca entre ellas, succionó, lamió, chupó, mordió hambriento de ella como si no hubiera mañana y ella lo disfrutó. Con cada acción ella gritaba su nombre.
-¡Mmm!
¡Sí!
¡Michael!
¡Uhh!
¡Michael!
¡Oh!
¡Michael!
¡Aaah!
¡Michael!
-¡Sofía!
¡Eres mía Sofía!
¡Eres y serás siempre mía!
¡Aaah!
Basta decir que la tarde fue todo besos, caricias y gemidos hasta casi las nueve de la noche, nadie los extra