Capítulo 103. Medidas drásticas.
Capítulo 103.
Medidas drásticas.
Valentina no puede parar de llorar, se acurruca sobre el suelo, llorando a mares.
—Valentina, ven… —Isabel la ayuda, ha traído su ropa y trata de ayudarla a cambiarse.
Valentina no sabe cómo sentirse; el dolor es tan grande que no puede manejar sus emociones. Cuando por fin Isabel la saca, Valentina nota las miradas, esas mismas miradas acusadoras, que sintió cuando la intentaron violar, todos viéndola acusadoramente, haciéndola sentir sucia, desecha; incluso es Gael quien la sube a la camioneta, pero no a la misma en la que va Ricardo.
El camino a casa es confuso, devastador. ¿Ahora cómo ve a los ojos al abuelo? ¿Cómo ve a las personas que ama? Al fin se atrevió a admitir que la ama, pero no de la manera que ella esperaba, todo por un gusto que resultó en un disgusto. Llegar a la casa es una condena; la primera que sale a verla es Alondra.
—Comadre... —Valentina la abraza, llorando desconsolada.
Mientras que Ricardo pasa a la casa, desesper