El hombre lo miró con indiferencia por unos segundos, para después responder con un gesto de nerviosismo.
—No sé de qué está hablando.
—Señor Milano le voy a decir muy claro, no se atreva a mentir, si lo hace le juro que va a desear no haber nacido… usted se quiso a aprovechar de una madre y juga