—Gracias, eres muy lindo… estoy feliz de tener al esposo más hermoso y maravilloso del mundo —le dijo acercándose a darle un beso, gesto que molestó a Roberto, quien de inmediato empezó a pedir el suyo.
—Mamá, ¿Y mi beso? —exigió y ella enseguida lo complació, haciéndolo soltar una carcajada.
Una