CAPÍTULO 27: NO ES LO QUE CREES
El hotel donde se encuentra Becca parece más bien un lugar de mala muerte, pero no reparo en eso, entro directo a la habitación donde me dijo que estaba y cuando llego me encuentro con un tremendo desastre.
Hay vómito por el piso y ella se ve mucho peor que ayer. Siento una profunda tristeza y decepción al verla así. Sé que la está pasando mal, pero no va a terminar bien si continúa por este camino.
—Becca, ¿qué hiciste? —Mi tono denota un reclamo y una decepción. No quiero juzgarla, pero me es imposible si la encuentro así.
Ella levanta la cabeza con los ojos llenos de lágrimas.
—No puedo… no quiero perder a mi bebé —solloza.
Me siento demasiado identificada con ella, porque de una forma u otra, ambas queremos recuperar a nuestros hijos. Saco un pañuelo de la bolsa de cosas que compré antes de llegar aquí y le ayudo a limpiarse.
—Estuve tratando de llamarte todo el día, se suponía que debíamos ir a rehabilitación.
—Lo sé, lo sé, pero fue él… ese mal