Capítulo 4: Verdaderas Intenciones

Ya habia pasado una semana y días desde que la habían confinado a vivir únicamente en esa habitación, por más que intentaba escapar era imposible porque habia guardias en las ventanas y en la puerta de la habitación, ahora en verdad si parecía una rehén en esa gran mansion y para empeorar la situacion no tenía como comunicarse con el exterior… aunque tristemente solo podía comunicarse con Guillermo ya que en su trabajo todos la consideraban una mujer desechable y nadie quería su amistad.

- Aunque ahora que lo pienso parece demasiado sospechoso que acabamos siendo fáciles de robar y sin que alguien nos extrañe – opino mirando a su bebe ¿acaso ese supuesto padre suyo tuvo algo que ver? na… seria darle mucho crédito además por su forma de hablarle y mirarla se nota que solo es un imbécil machista sin cerebro con la suerte de nacer en una familia con dinero.

Alina hizo una mueca ante esos pensamientos, lo primero que debía hacer es conseguir información a toda costa para usarla como herramienta contra sus captores y buscar como salir de ese estúpido lugar cueste lo que cueste.

Justo en esos sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando tocaron a la puerta, donde al mirar a la puerta vio que entraba esa sirvienta que desde el primer día se presentó ante ella como Kimberly Hughes y ella seria quien los cuidaría a ambos durante su vida en la mansion.

- Señorita aquí traigo la ropa para que se cambien – indico acomodando la ropa de ella sobre la cama.

- ¿Ropa? ¿para qué? – dijo mirando que era un vestido hermoso con varios adornos y joyas.

- Tiene una entrevista con el líder en estos momentos y debe ir presentable – informo la chica de forma aburrida mientras sacaba del segundo porta trajes un smoking de tamaño diminuto para Daniel.

- ¿Y si me niego? – dijo mirando de forma aburrida ese vestido, ya que sabía que todos esos lujos eran algo vacío.

- Por favor, obedezca porque si no lo hace el señor Martin podría asesinarme por no cumplir sus órdenes.

- ¿Martin?

- Su padre – indico ella terminando de vestir al bebe, quien reía feliz por esas atenciones.

- Por mi ese sujeto se puede ir al infierno, porque yo no quiero ir a verlo ni en pintura – indicó ella fastidiada.

- A quien ira a ver es a su abuelo, no a Martin.

- ¿Eh? ¿abuelo? – dijo confundida – pensé que ese era el jefe.

- Él no es alguien calificado para ese puesto – indicó la chica cargando con cuidado al pequeño, sonriendo al escuchar su risa.

Alina miro asombrada a esa chica ya que por la forma en como lo dijo sonó tan segura y al mismo tiempo se notaba el enojo y la rabia escondidas, todo indicaba que tal vez podía tener una aliada en ese lugar, así que debía ser precavida y jugar bien, por lo cual busco cambiarse porque tampoco deseaba meter a Kimberly en problemas.

Una vez arregla con un fino vestido de color azul rey de ceda de primera calidad cargo a su hijo y se encamino a la oficina del dueño de la casa, siendo dirigida por Kimberly.

- Maestro, ellos están aquí – anuncio la sirvienta tocando la puerta.

- Pasen – se escuchó que decían al otro lado de la puerta,

Kimberly abrió la puerta y tomo al pequeño infante, para que Alina pudiera hablar sin problemas o distracciones y moverse con facilidad por el lugar.

- … - Alina estaba empezando a aborrecer esos lujos excesivos, ya que ingreso a una oficina que contaba con las mejores y más finas decoraciones acompañadas de muchos artículos de lujo y aparatos eléctricos de última generación.

- Buenas tardes – en eso la chica miro a su derecha notando a un hombre mayor acercarse a paso lento ya que su andar era apoyado por un bastón, el cual tenía decoraciones de oro y algunas gemas preciosas.

- Buenas tardes – saludó ella notando la mirada analítica que le dedicaba.

- Al fin tengo el placer de conocerte Alina - mencionó el mayor, quien no perdía tiempo empezando a estudiar el físico de la castaña – puedo notar por tu porte, que en verdad eres mi nieta.

- ¿Que tal seguro esta de eso? – preguntó ella frunciendo ligeramente el ceño.

- Lo puedo notar con verte a los ojos – mencionó señalando sus propios ojos, ya que ellos compartían la misma tonalidad color miel en su mirada.

- Hm… ya veo – dijo aburrida.

- Bueno igual otro rasgo es que todos en la familia son rubios como mi bisnieto.

- … - Alina ya se estaba hartando que todos le dijeran en su cara que el rubio era de familia, cuando ella ignoraba por completo la existencia de la supuesta familia de su padre.

- Bueno ven, voy a presentarte a los demás.

- ¿Los demás? – preguntó ella arqueando la ceja.

- Así es, veras la familia Domínguez para alcanzar el poder que posee ha tenido algo de ayudada a lo largo de los años y por eso tenemos algunos socios que opinan en la toma de las decisiones importantes.

- Je… que extraño suena eso, es decir, que es un capo que no puede dirigir su propia familia sin el consejo de terceros.

- Puedes burlarte tanto como quieras – menciono un poco molesto, ya que dicho así sonaba a que eran una mafia mediocre - pero ellos son una parte importante en la toma de decisiones de la familia y han ayudado a que crezca su poder y prestigio.

- …  Alina sentía que eso sonaba como algo estúpido, pero busco seguir al mayor para complacerlo ya que deseaba jugar bien y crear una oportunidad para escapar de ese lugar de locos, al seguirlo pasaron a la habitación continua la cual solo tenía una gran mesa donde se podía ver a 4 hombres sentados, quienes al verla ingresar empezaron a verla de arriba abajo, para luego pasar su vista la bebe que era llevado por la sirvienta.

- Así que es ella – dijo uno de los sujetos, el cual poseía el cabello de color azabache.

- Pues es un poco triste, pensé que tendría mejor cuerpo – opino un sujeto de cabello castaño.

- Bueno esperemos que trabajes bien – dijo un rubio sonriendo con malicia.

- Puedo trabajar bien partiéndoles la cara – afirmó ella, dejando notar su molestia ya que se sentía asqueada ante las palabras y miradas que recibía de esos 3.

- Cuida tu lenguaje, porque tú no eres nadie en este mundo – dijo molesto el pelinegro.

- Je… que curioso dices que soy nadie y pensé que me querían para ser la próxima jefa de este lugar.

- ¿Eso te dijo el imbécil de Martín? jaja pues que estúpida eres si te lo creíste – dijo el castaño.

- Entonces ¿cuál es el punto de secuéstrame? – preguntó ella molesta.

- Tú jamás nos interesaste, a quien queremos es a ese mocoso que cargas – habló el rubio señalando al bebe.

- ¿Que? ¿Daniel?

- Así es, lo vamos a educar como es debido para que no sea tan respondón como tú y sea leal a la familia y obediente a nuestras ordenes – indicó el pelinegro sonriendo con malicia.

- Ni loca dejare que hagan de mi hijo su marioneta.

- Bueno si quieres podemos conservarte, pero solo serás un lindo adorno que servirá para criar al mocoso, además de que debes casarte con Miguel – mencionó el castaño mirando a su derecha haciendo que un hombre rubio se acercara hasta donde estaban ellos.

- … - Alina frunció el ceño al ver esos ojos verdes que la miraban con lujuria y asco, una horrible combinación, donde busco alejarse de forma disimulada cuando se acercó a ella.

- Espero que cumplas bien tus funciones como esposa en la cama porque solo para eso ser… - empezó a decir, pero en eso recibió una bofetada – tú – dijo molesto alzando la mano para pegarle, pero…

- ¡MIGUEL! – en eso el abuelo de la chica lo detuvo – ten cuidado con lo que estas por hacer – le dijo en un tono frio.

- Perdón maestro Alfonso, me descontrole – indicó buscando hacer una reverencia ante el líder, aunque por dentro estaba furioso y juraba vengarse de esa bofetada.

- Ahora discúlpate con Alina, porque ella está en su derecho de golpearte por ser tan irrespetuoso, ya que aún no eres nada para hablarle así.

- Si, me disculpo… - dijo molesto haciendo una reverencia ante la castaña, aunque luego le dedico una mirada de odio.

- Bueno Alina regresando a tema original – empezó a decir el rubio – entonces tomas el poder de la familia en lo que tu hijo crece o simplemente nos dejas la crianza del niño a nosotros.

- En ese caso escojo la opción 3 – indicó ella sonriendo de lado.

- Esa no existe – dijo el castaño frunciendo el ceño.

- Si existe y es: ninguna de las anteriores, porque eso de la mafia no es de mi interés.

- Entonces ese sujeto… el tal Guillermo Castillos tendrá una muerte muy horrible y dolorosa – declaró Alfonso – porque debo recordarte que si tratas de escapar ese hombre será asesinado ya que tenemos gente siguiendo sus pasos y con solo una orden acabaremos con su vida.

- Que… - Alina se asustó por eso, eso no era posible…

- Tienes de aquí hasta mañana para darnos una respuesta e igual solo te esperaremos un año para que aprendas todo lo que necesitas para ser una jefa de esta familia y si fallas te ataremos y nos quedaremos con el niño – declaro Alfonso – y lo de tu boda no está a discusión, terminara tu entrenamiento y te casaras con Miguel.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo